En febrero de 1942 Trujillo fue nuevamente postulado a las elecciones de ese año por el Partido Dominicano y por el recién creado «Partido Trujillista». El 16 de mayo fueron celebradas las elecciones donde votaron casi 600 000 ciudadanos, saliendo electo Trujillo nueva vez como presidente. En 1944, al cumplirse los 100 años de la fundación de la nación dominicana, Trujillo celebró un evento llamado «Las fiestas del centenario». El 4 de agosto de 1946 un fuerte terremoto azotó la región noreste del país. A finales de 1945 se agudizó el descontento en los ingenios azucareros debido a la inflación que hubo en la época agravada por los salarios que devengaban los obreros de baja cualificación. Contra aquellos que osaron quedarse en sus casas a manera de protesta, Trujillo ordenó al ejército la realización de redadas alegando el delito de vagancia. Los capturados fueron encarcelados y obligados a trabajar. Estas redadas abarcaron también a los que no poseían los documentos reglamentarios exigidos por el régimen, conocidos popularmente como «los 3 golpes». En enero de 1946, la Federación Local del Trabajo, un grupo de manifestantes obreros fundado por el líder sindical Mauricio Báez hizo una huelga que duró más de una semana. Aunque la dictadura terminó cediendo a las peticiones de los demandantes, posteriormente algunos de sus dirigentes y participantes fueron perseguidos y asesinados, mientras que otros se vieron obligados a tomar el camino del exilio. Tiempo después Trujillo desintegró todos los sindicatos del país, obligándolos a pertenecer a una federación afín a él. En 1950 Mauricio Báez fue secuestrado en Cuba donde estaba exiliado y nunca más se supo su paradero. En mayo de 1947 se celebraron nuevas elecciones, matizadas esta vez con fuertes críticas internacionales sobre el carácter dictatorial del gobierno, lo que obligó a Trujillo a montar una ficción democrática. En dichas elecciones participaron tres partidos políticos, el Partido Nacional Laborista, el Partido Nacional democrático y el Partido Dominicano, quienes llevaban de candidatos a Rafael A. Espaillat, Francisco Prats Ramírez y Rafael Trujillo, respectivamente. Trujillo terminó ganando el certamen con el 90 % de los votos. En octubre de 1952 Trujillo creó el Instituto Trujilloniano con Manuel A. Peña Batlle como su presidente. La institución tenía como misión la difusión de la obra de gobierno de Trujillo.